Una de las recomendaciones para evitar la propagación de la pandemia generada por el COVID-19, es la desinfección de las superficies con la finalidad de evitar la transmisión entre personas. Para llevar a cabo esta medida existen una serie de productos virucidas que han demostrado su eficacia de acuerdo con la norma UNE-EN 14476. En el siguiente enlace se puede consultar la relación completa de virucidas autorizados y registrados en España.
Si no disponemos de un producto eficaz para higienizar objetos y superficies, de los contemplados en el listado de virucidas, se pueden obtener soluciones con alto poder desinfectante a partir de productos muy básicos y de fácil acceso. Las soluciones preparadas serán para uso en instalaciones como oficinas, comercios, mostradores de kioscos de prensa, mesas, teclados herramientas manuales, pomos y manillas de puertas, etc., nunca para lugares donde se realice una actividad sanitaria.
Tabla de equivalencias para la adecuada proporción de la solución elaborada:
Lee con atención la etiqueta del envase donde se recogen todas las recomendaciones y obligaciones para protegerse.
A continuación indicamos unos cálculos aproximados para realizar la mezcla:
Consejos para el preparado de la solución desinfectante:
Lee con atención la etiqueta del envase donde se recogen todas las recomendaciones y obligaciones para protegerse.
Esta mezcla está indicada para desinfectar objetos pequeños y aquellos en los que la utilización de una solución con lejía podría deteriorarlos.
A continuación indicamos unos cálculos aproximados para realizar la mezcla:
Consejos para el preparado de la solución desinfectante:
Nota: Las recomendaciones incluidas en el presente documento están en continua revisión en función de la evolución y nueva información que se disponga de la infección por el nuevo coronavirus (2019-nCoV.) Desde Mutua Balear queremos colaborar en la difusión de fuentes veraces de información sobre esta enfermedad y las medidas a adoptar para frenar su contagio.
Última actualización: 01/04/2020
Todos formamos parte de una cadena conocida como el ciclo de la vida, y la destrucción de cualquier especie genera grandes estragos en la naturaleza.